domingo, 25 de octubre de 2009

Un cálido lugar para disfrutar

En diversas partes de la provincia de Córdoba se encuentran instituciones dedicadas a la tercera edad donde se pueden realizar diferentes actividades que mejoran la salud física y espiritual. A partir de la visita realizada a dos hogares de día (uno del interior y otro de capital) pudimos descubrir la vitalidad con la que se desenvuelven sus integrantes


El hogar de día “Rincón de los Amigos” es un centro de integración para la tercera edad situado sobre Suipacha y Av. Patria, en la ciudad de Córdoba. Su principal objetivo es brindar asistencia integral a las personas y un clima que les permita sentirse cómodos y acogidos. Esta institución depende de la Municipalidad de Córdoba de la cual recibe aportes para el mantenimiento del edificio y la compra de los materiales que se utilizan en los diversos talleres que se brindan.
El equipo de trabajo de “Rincón de los Amigos” está conformado por un responsable, un coordinador, un administrativo, por un equipo técnico docente que es el plantel que dicta los talleres y por un equipo profesional que está formado por el trabajador social y por el psicólogo. Ellos son los que son los encargados de brindar el bienestar a todas las personas que se acercan al hogar.
La institución es financiada por un lado, por los aportes que recibe de la Municipalidad y, por otro, por las contribuciones voluntarias que realizan quienes asisten habitualmente. Si hay alguna persona que por su situación económica no está en condiciones de pagarla, no se la excluye del hogar por ese motivo.
Romina Pedernera, licenciada en Psicología del “Rincón de los Amigos”, expresa: “Mi función es bastante amplia en el sentido de que nuestro rol tiene que ver con la atención de las personas tanto a nivel individual como a nivel grupal y también hacemos intervenciones a nivel institucional”. Otra parte de su trabajo consiste en recibir, junto a una trabajadora social, a las personas que se acercan por primera vez al hogar, a quienes se les asigna un turno para una entrevista. En este espacio, se le comenta cuáles son los servicios que brinda el hogar, cómo funciona; el interesado puede expresar aquí cuales son sus necesidades y cuales son las actividades a las que desea asistir.
La psicóloga comenta que al hogar asiste una diversidad muy grande de personas. El requisito para poder ingresar a “Rincón de los Amigos” es tener 60 años o más y ser autónomo, autoválido, tanto física como psicológicamente. "Acá asiste mucha gente, hay cerca de 200 inscriptos, las actividades que se realizan son muchas”, y agrega “La dinámica que existe en los hogares necesariamente requiere que la persona se pueda manejar sola; igualmente los proyectos se van adecuando a las demandas sociales”.
En dicho establecimiento se pueden realizar actividades muy variadas que se encuentran organizadas en talleres. Algunas de ellas son: actividad física, expresión corporal, folclore, tango, cerámica, tejido, pintura en tela, entre otras. Romina cuenta “Además de los talleres funciona un comedor de lunes a viernes en el cual las personas se integran de acuerdo a la necesidad que tengan tanto afectiva como económica”; esto se establece en la entrevista de ingreso.


Haciendo manualidades



Alma Joven visitó el taller de pintura que funciona los días viernes a cargo de la profesora Luci Zequelián. A este taller asisten alrededor de 20 personas que encuentran en este lugar un espacio para dejar volar su imaginación y olvidarse de todos sus problemas. Cada uno se lleva sus creaciones pero a fin de año se realiza una exposición con todos los trabajos realizados.
Marcela, una de las artistas, pinta con gran entusiasmo y manifiesta: “Yo vivo solita y vengo a pasar el tiempo acá, es un momento que te olvidás de los problemas, los dolores, de todo”.
Mientras toma unos mates, agrega: “Acá te hacés de un grupo de gente, vamos tejiendo vínculos; nos juntamos en la casa de una persona, jugamos a la tablita, a las cartas.”





El hogar de día “Iris Perusia de Cohen” se encuentra a 250 kilómetros de la capital cordobesa, en la localidad de Porteña. Sus 60 integrantes, mujeres de más de 55 años, son un verdadero ejemplo a seguir. Ellas asisten a diversos talleres de salud, arte y expresión: gimnasia, memoria y autoestima, folklore, música y canto, manualidades, tejido, pintura, muñecos country, cestería, lectocomprensión, literario, teatro e italiano. Además se realizan viajes y fiestas en ocasiones especiales. Cada fin de año se presentan al pueblo los trabajos que las mujeres efectuaron durante todo el ciclo. ¿Y cómo viven esto las abuelas? Rina, una integrante del taller de teatro y folklore cuenta: “Es muy positivo para nosotras, a mí me mantiene mucho más joven ¡¡No me creo la edad que tengo!! Es increíble que uno a esta edad pueda hacer tantas cosas”. También valora la existencia de esta institución afirmando: “Hay cosas que uno deja pendiente cuando es joven. Acá tenemos la oportunidad de expresarnos, de hacer cosas que en otro momentos no hicimos.


Divertirse y ejercitarse


Cada martes y jueves, 35 mujeres se reúnen para hacer actividad física. En el taller de gimnasia se realizan ejercicios específicos y necesarios para los adultos mayores. Se ejercita la movilidad, articulaciones, especialmente de hombros y rodillas, ya que con los años se reduce. Además las alumnas trabajan la fuerza en miembros inferiores, para conseguir estabilidad y evitar las posibles caídas, tan habituales en esta etapa de la vida. Todo esto sumado a ejercicios de coordinación individual y grupal, memoria y respiración. Las participantes dijeron que disfrutan plenamente esta actividad porque se sienten “Más blandas y enérgicas” y además entablan amistades.



Una integración productiva


El año pasado, los grupos de italiano y teatro se unieron para llevar a cabo un nuevo proyecto: la integración de los distintos talleres. El resultado fue una obra de teatro cómica, creada y actuada por todas las alumnas, en la que mezclan nuestro idioma y el italiano. La obra ya fue presentada en un acto de la institución y también en otros hogares de día de la zona. Estas actuaciones significaron un gran desafío para las protagonistas, pero tanto ellas como las profesoras han superado sus expectativas. Las actrices de la obra se mostraron sorprendidas por lo que son capaces de hacer: “Cuando la profesora nos dijo que teníamos que hacer una obra pensábamos que no íbamos a poder hacerlo… ¡Pero estuvimos muy desinhibidas! Parece mentira que hayamos podido hacer algo así.” Elba cuenta su experiencia muy orgullosa: “Nunca me hubiera imaginado que a esta altura iba a hacer lo que estoy haciendo ahora. Y me siento muy cómoda acá, con todas las chicas y con la profesora. Antes de empezar con las clases no me sentía tan bien como ahora.” Será por eso que todas las integrantes de este hogar tienen pintada permanentemente una sonrisa en la cara.


Por Rocio Mana y Giannina Valverdi

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