domingo, 25 de octubre de 2009

¿Qué es lo más solidario e importante que hiciste por un adulto mayor?

Con el objetivo de integrar a los jóvenes en esta publicación de la revista y de reivindicarlos como parte de la misma sociedad en la que conviven niños, adolescentes, adultos y adultos mayores, Alma Joven entrevistó a diferentes personas que tienen entre 16 y 23 años para que cuenten qué es lo que alguna vez hicieron por un adulto mayor y les marcó el corazón.



Regalando Felicidad…
Juan Pablo, 21 años. San Francisco, Córdoba.
- “Una vez, un abuelito vecino  de unos setenta y pico, me pidió llorando que le lleve su perrito negro y chiquitito al veterinario urgente porque él no tenía con qué y se estaba muriendo porque lo había chocado un auto. Te digo la verdad, al principio no tenía ganas pero se lo llevé. Lo peor fue que el perrito se murió y ahí me cayó la ficha de lo importante que era para el dueño, para `Don Elvio´. Le llevé el perrito, temblando, porque esta muy nervioso, no sabía como decírselo. Lo que pasó es que le dije rápido que no se había podido hacer nada como para sacármelo de adentro, le dí el perro y me fui. Me quedé tan mal, y más cuando mi mamá me contó que él estaba deprimido que no había cosa que lo animara. Un día, sin pensar pasé por una “vete” y vi que se daban perritos, y uno era chiquito y negro, igual al perrito de Elvio. Primero no sabía si hacerlo, como soy demasiado frío con esos actos `solidarios´ y más con gente con quien  no tengo tanta confianza. Pero lo hice, pedí el perro y se lo llevé. Lo primero que hizo Elvio es largarse a llorar. Es como que no entendía que era otro perrito. Pensaba que le traía el anterior sanito. Pero después entendió y se quedó re contento. Cada vez que lo veo me agradece y se lo ve re bien”.

Aventura Solidaria…
Florencia, 16 años. Villa del Rosario, Córdoba.
- “Lo más importante que me pasó creo que fue lo que me trajo una alegría y un reto a la vez. Pasó que una abuelita que vive en la esquina de mi casa me pidió si podía pedir un remis para que a la tarde la lleve del médico porque no tenía teléfono. Resulta que yo vivo en un pueblo chico, y no hay más de tres agencias de remises, ¿vos podés creer que uno no podía, otro no me atendía y el otro se le había roto el auto? Mi solución fue, en vez de decirle a la pobre señora que no había quien la lleve, llevarla yo en el auto de mi mamá con mi reciente experiencia de automovilista. En mi casa no me daban mucho el auto porque tengo 16 años, y porque recién empiezo a manejar. Pero el bien lo hice a escondidas, la llavé a la señora. Fue al médico pero a la vuelta la buscó mi mamá. Se dieron cuenta en mi casa, me buscaron por todas partes y cuando volví chocha por el bien que había hecho, me bajé y me dieron un reto de aquellos. Pero al final, la señora se quedó  muy contenta y agradecida”.

Ver lo que otros sólo miran…
Graciana, 23 años. Córdoba Capital.
- “Creo que lo que me pasó fue algo común y corriente, como le puede pasar a cualquiera, pero no cualquier persona lo hace hoy en día. Ayudé a una nonita ciega a cruzar una avenida importante de Córdoba. Lo que me sorprendió fue que nadie la ayudaba, y cuando le dije: `Señora, vamos que yo la ayudo, me dijo que estaba esperando hace rato que alguien la cruzara de calle, todos pensaban que estaba pidiendo dinero. Si bien me dolió lo que me dijo, porque me hace recordar la falta de respeto y solidaridad de la gente, me puse contenta porque me di cuenta que yo sí hice lo que otros no hicieron. Es simplemente gratificante ayudar a la gente”.

Tocando para ellos…
Lucas, 23 años. Santa Fe Capital
- “Lo más importante me pasó cuando tocaba en una banda, más que una banda era una academia de música que conformábamos un grupo, y teníamos que salir a mostrar lo que habíamos aprendido. Una vez, nos llamaron de un geriátrico para que le vayamos a tocar a los abuelitos. Lo que menos pensamos era que iba a ser tan emocionante, después de tocar cada canción veíamos como lloraban los viejitos y nos ponía la piel de gallina. Al principio, pensábamos que la idea era muy aburrida pero creo que fue uno de los mejores momentos que pasamos con el grupo porque emocionar a la gente es lo que demuestra que vamos más allá de una simple melodía. Cuando nos queríamos ir de ahí no nos dejaban, y nos decían que volvamos por ellos se sentían solos y esto era lo que les hacía bien. Después el grupo se desintegró, pero en fin, ese día llegamos a sus corazones”.

Por: Georgina Gallay

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