domingo, 20 de septiembre de 2009

LOS ABUELOS DE AHORA Y ANTES.

En la actualidad, con la globalización y la tecnología, la sociedad varía rápidamente en sus hábitos y costumbres, y, por sobre todas las cosas, en su dinámica y sus relaciones. Uno de los interrogantes que surgió desde Alma Joven, era ver que tan distinta es la relación que nuestros abuelos tenían con los suyos y la que nosotros tenemos con ellos.

Atahualpa de 12 años,  está en primer año del secundario  y su abuela Ernestina de 65,  está en su cuarto año de jubilada, pero según sus palabras se encuentra  “más joven que nunca”, cuentan sus experiencias con sus respectivos abuelos, entre nesquik, galletas, mates y tostadas.





Ernestina.                                                                                

- ¿Cómo era tu relación con tu abuelo?

- Mi abuelo, allá en San Juan, trabajaba en el campo. Casi no lo veía durante la semana. Siempre íbamos a su casa los domingos a comer. El preparaba asado y una entrada con Cipriano (bebida alcohólica), para los grandes. Nos contaba muchos cuentos a la hora de dormir la siesta. Nos acostábamos con mis hermanos y primos, y él nos contaba todos los premios que tenía por los mejores fideos del mundo en Italia, los mejores asados en Buenos Aires, y todos los campeonatos que había ganado en el mundo. Creo que recién a los 14 años empecé a sospechar, que nunca había salido del país (ríe).

- ¿Cómo era su casa?
- La casa de mi abuelo era de adobe (barro y paja) y una parte de material. Tenía un patio enorme donde nosotros hacíamos casas, agarrábamos los cajones que él traía del campo y los hacíamos nuestros autos, siempre nos retaba, por que eran para trabajar.  El patio tenía muchas flores, que mi abuela cuidaba mucho, y nosotros con mi abuelo nos encargábamos de romper, para hacer las coronas de las princesas (mis primas y yo).  Pobre abuela, lo que padecía. Adentro la casa era grande, nos podíamos quedar a dormir, lo que nos encantaba porque, mientras mi abuela hacía de comer, el abuelo nos llevaba al árbol del frente  a jugar con morandi (nuestro árbol) quien, según él, tenía una biblioteca de saberes, por que muchos niños jugaban con él.

- ¿Qué cosas te recuerdan a él?
- El olor a jazmín me recuerda mucho a él, por eso creo que tengo tantos jazmines en mi casa.
También ver a mis nietos, e intentar jugar con ellos, me hace acordar todas las cosas que él hacía con nosotros, como los muñecos de barro, o alquilar caballos en verano, para que nosotros cabalgáramos.
La navidad también me hace acordar a él. Preparaba el árbol en su casa los domingos, y nosotros le pasábamos las pelotitas.  Y él, mientras tanto, nos contaba todas las veces que había visto a Papá Noel.
Me acuerdo de sus manos, cuando yo era chica, decía que iba a ser médica para mejorarle las manos, y para no tener que trabajar en el campo, así no las tenía igual.


Atahualpa.                       

- ¿Cómo es tu relación con tu abuela?
- Mi mamama (así le dice Ata, a su abuela), es lo más, como vivimos cerquita (cinco cuadras), casi siempre vengo, por que ella me deja usar la compu, y ver la tele todo lo que yo quiera, en cambio mi mamá en casa no. 
Siempre venimos los domingos a su casa con mi mamá y mis hermanos, y acá juego con mis primos, que son también tres como nosotros. Cuando la mamama puede, nos lleva al Shopping, o a los jueguitos. Por ahí, nos cuenta un cuento…pero la verdad es que son aburridos. (Mira si Ernestina está cerca y se ríe). La mamama es divertida, canta mucho con nosotros, eso me gusta.

- ¿Cómo es su casa?
- Es muy grande, tiene muchas habitaciones, y dos computadoras, así que podemos jugar mucho. Tiene un jardín grande, pero mucho no nos deja salir, por que mi hermanito Tupac (2 años), le rompe todas las flores. Tiene también en el living la tele con DVD, así que todos los domingos con mis hermanos y primos vemos una película con ella y mis tíos.
Tiene también una terraza en donde armamos la pile en verano. 
En el comedor tiene un revistero.  El otro día agarramos y recortamos muchas revistas para hacerle un regalo cuando se levantara de la siesta. Pero no le gustó mucho, por que eran sus revistas preferidas (ríe).
Su cama es gigante, entramos los seis nietos, y podemos saltar sin chocarnos.

- ¿Qué cosas te hacen acordar a tu abuela?

- Ahora, las revistas (ríe)… En realidad, cuando no la veo, la extraño…pero no sé si hay algo certero. Por ahí, los autos negros, por que su camioneta es re grande y siempre nos saca a dar vueltas en el barrio. Los árboles grandes también, por que ama los árboles y las navidades.
También, cuando a mi hermano Lautaro, se le salió el primer diente, hace poco, me acordé de ella, y la llamé. Ella siempre me contaba las veces que veía al Ratón Pérez, que la venía a visitar para preguntarle cuanta plata nos tenía que dar por como nos estábamos comportando. Pero le duró poco la idea para que nos portáramos bien, porque los más grandes ya sabemos que no existe (ríe).

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